Sobre el principio de interconexión en Astrología

La idea del mundo en la antigüedad era de un cosmos en donde todos los elementos del mundo visible estaban interconectados al mismo tiempo que conectados con el mundo invisible e indivisible, el mundo de los dioses, las imágenes, como tambien las Formas Platónicas que literalmente “informan” (dan-forma) a los fenómenos físicos. Los elementos tanto de mundo visible e invisible estaban conectadas ontológicamente por Simpatía (Sympatheia).

La Simpatía abarca la idea de que la verdad se expresa en diferentes niveles de la realidad de la manera más apropiada para ese nivel.

El Neoplatónico Proclo dice en su libro ´Sobre las Artes Sagradas´, (entre las cuales la Astrología era considerada una de estas):

´Los expertos en asuntos sagrados comienzan con la Simpatía que conecta todos los fenómenos visibles entre sí y con las “fuerzas invisibles”.´

Por lo cual, estas fuerzas invisibles permeaban todas las formas visibles.
“Todas las cosas están llenas de Dioses”, dijo Proclus.

Este concepto de Simpatía es uno de los fundamentos principales de la Astrología; por lo cual, aprender a percibir inteconectadamente es el arte astrológico. Pero este arte de percibir conexiones no es meramente asociativo sino simbólico.

En el contexto de esta cosmovisión, el símbolo (symbola) era entendido de manera diferente que la tendencia actual. En la actualidad comunemente entendemos el símbolo como una representación (una simbolización) de otra cosa.  En la circulación de posts astrológicos vemos continuamente esta actitud meramente descriptiva del símbolo. Pero antiguamente, el símbolo era considerado por muchos como la expresión física ontológicamente conectada a los dioses y las diosas. No son una representación metafórica de lo divino, sino que son una expresión de éstos, y, por este motivo, el símbolo tenía la capacidad de despertar a las almas a la divinidad propia del símbolo. Y es esta percepción, actitud y experienica participativa del simbolo la que intento enfatizar y transmitir en mis clases de astrología.

Es decir, el símbolo permitía a quienes practicaban las artes sagradas a participar en la divinidad: Sympatheia

Cuando hablamos de símbolos hablamos de que todos los elementos de la naturaleza son vistos como una expresión de los dioses y diosas del mundo invisible.

Lo divino permea y subyace todo lo visible por lo cual todo a nuestro alrededor es divino. Esto es inmanencia y trascendencia.

Sin embargo, sobretodo a partir del Cristianismo dominante, la idea de trascendencia a tomado justify fuerza, en cual dios (único) está “más allá” o “por fuera” del mundo visible. En la astrología moderna abunda la idea de una trascendencia ideal, en cual la carta natal es un instrumento para llegar a desarrollar “ese ser ideal que trasciende “el ser mundano=ego” o bien, todavía más radical, que la carta natal hay que trascenderla. Esta idea erradica la naturaleza divina de todo lo que existe cuando no es integrada a la experiencia participativa e inmanente.

Percibir la realidad cotidiana, nuestra interioridad, la naturaleza toda y todo aquello que nos sucede como expresión simbólica de lo divino es, para mi, la esencia y práctica de la Astrología. Desde esta perspectiva,  todas las técnicas desarrolladas están al servicio del símbolo, son una herramienta de orientación hacia lo divino, un medio de sintonización estética y participativa.