Función del Símbolo y Espiritualidad Encarnada

SOLEDAD DAVIES

La perspectiva de este artículo propone que todo lo que existe tiene su dimensión simbólica, por tanto todo es sagrado.
Tanto los eventos externos cotidianos como el mundo interno de pensameintos, sensaciones y emociones.

La práctica teúrgica de Jámblico y la función simbólica como acceso al plano imaginal (que es el plano intermedio entre materia y espíritu)  es la base que inspiró la Imaginación Activa de Carl G. Jung

Soledad Davies

 

El mundo visible fue hecho para corresponder al mundo invisible
y no hay nada en este mundo
que no sea un símbolo de algo en ese otro mundo.
Al Ghazzali  

 

-. El mundo es la revelación de Dios .-

La Teurgia (theourgia) significa «trabajo de Dios» y se originó con los platónicos del segundo siglo, quienes usaron el término para explicar el poder divinizante de los ritos de los Oráculos caldeos, y luego se convirtieron en parte integral de la tradición neoplatónica. y fue ampliamente utilizado por los filósofos posteriores a partir del siglo IV EC en adelante.

La teurgia es la praxis a través de la cual los seres humanos entran y encarnan la actividad de los dioses y reciben la revelación divina. El propósito central de este ritual es, literalmente, la divinización, el ascenso de lo humano a lo divino (que en la teurgía de Iamblichus es también un descenso). La divinización es el proposito fundamental de la teurgia.

Para Jámblico, como para la cosmología neoplatónica, todos los elementos del universo, tanto materiales como no-materiales, estaban unidos entre sí por simpatía; y, además, en palabras de Jámblico, esta unidad es un poder divino que «llena todas las cosas e impregna todos los elementos».

La teurgia de Jámblico funciona a través de la simpatía no solo en un nivel «horizontal», sino que también funciona de manera «vertical». Siguiendo la idea platónica de que el cosmos está permeado por el alma, Iamblichus afirma que el alma tiene una doble naturaleza, una que está en conjunción con el cuerpo y la otra que está separada de todos los cuerpos. Esto evidencia que el alma para Iamblichus inmanente y trascendetal: el alma está en relación con la materia, pero también está separada de ella.

Por lo tanto, la simpatía se convierte en la base de la adivinación basada en el supuesto de que existe una realidad desconocida que participa del mundo tal como lo conocemos; al mismo tiempo que está exenta del mismo porque es una naturaleza superior ya que el poder de los dioses es previo a la manifestación de las cosas. Así, el poder divino es independiente del mundo físico y, al mismo tiempo, impregna todas las cosas. Es a través de la materialidad que se produce la adivinación. La humanidad y todos los elementos son un vehículo, un recipiente a través del cual se inserta la sabiduría y se produce la revelación divina, como si fuera un poder externo e independiente que participa en cada cosa, como un proceso de encarnación del poder divino en la materia y la humanidad en particular. Este es un punto clave en torno al proceso teúrgico de adivinación porque, para que el poder de Dios se inserte en nosotros, uno debe volverse disponible. Entonces, cuando los participantes del ritual llegan a ser capaces de recibir el poder de los dioses, «hace que las cosas que lo reciben participen de sus peculiaridades». Según Gregory Shaw, al volverse dispoible y participar en la actividad de la creación, el teúrgo participa en el ordenamiento de la materia y el cosmos, que era la función específica del Demiurgo tal como se describe en el Timeo de Platón, y convertirse en un co-creador con el dios de la creación. Parece que este proceso de recibir y encarnar el poder divino es una proceso simultáneo de participación en y participación con, que expresa las perspectivas inmanente y trascendental, respectivamente.

La teurgia, y por lo tanto la adivinación, funciona tanto de forma horizontal como vertical invocando a los dioses a través de símbolos. La raíz del término símbolo inicialmente denotaba la mitad de un todo que se vuelve significativa cuando dos partes están en correspondencia con la otra. Esta actividad parece sugerir una dirección: la invocación parece ser una forma receptiva de unirse y participar en lo divino, un descenso de lo divino a la materia.

Además, desde la «perspectiva vertical, una parte representa las cosas visibles y la otra mitad representa la realidad noética invisible». Esta visión podría relacionarse con la idea de Platón del doble aspecto del alma, uno que permanece conectado al cuerpo (una realidad visible) y el otro que es independiente del cuerpo (una realidad invisible).

Por lo tanto, la ascensión del alma consiste en unir estas dos partes separadas (humano-divinidad) al rendirse y ser capaz de recibir el símbolo, ya que imita la forma divina. La dirección simultánea del alma en cual la ascensión es también un descenso.

Es decir, los dioses aparecen al alma como símbolos. Entonces, al recibir la cadena de símbolos que emana de las formas divinas, la unión del alma y el dios es posible. Así, los símbolos tienen el potencial de despertar o desencadenar la conexión inherente del alma con las formas divinas y, por lo tanto, por medio de la simpatía cósmica, tiene lugar la divinización.

Jámblico dice «los dioses generan todas las cosas a través de las formas, de manera similar que significan todas las cosas a través de los signos». Aquí nuevamente, la idea de que los principios espirituales más elevados se despliegan y se revelan a través de la realidad material expresa una causa jerárquica. Como señala Abbey, este tipo de adivinación inspirada opera utilizando signos implantados e iluminados por los dioses. Esto parece indicar que el poder divino, es decir, los dioses, es la causa esencial y última de la adivinación, y, por lo tanto, sin los dioses no habría adivinación. Por lo tanto, la utilización efectiva del símbolo permite al ser humano asimilar y asemejar lo divino y, por lo tanto, participar en él.

En este sentido, Shawn dice:

Imitando la naturaleza del universo y la energía creativa de los dioses, ellos mismos producen imágenes de ideas místicas, ocultas e invisibles, por medio de símbolos, al igual que la naturaleza revela simbólicamente medidas invisibles a través de formas visibles y la energía creativa de los dioses esboza la verdad. de las formas a través de imágenes visibles.

En la filosofía de Platón hay una dimensión intermedia que conecta a los mortales con los dioses que se llamó metaxy en su Simposio. Siguiendo a Platón, Jámblico definió el alma como una actividad mediadora entre la inmortalidad de los dioses y la mortalidad de los seres generados. Iamblichus escribió:

El alma es un medio, no solo entre lo dividido y lo no-dividido, lo que queda y lo que sigue, sino también entre lo no generado y lo generado.

Por lo tanto, si el símbolo es un medio que pertenece al reino intermedio del alma, podría considerarse como una metaxy. Además, este reino sutil intermedio es donde tiene lugar la transformación del alma. Esto también es similar al mundo intermedio que Henry Corbin denominó mundus imaginalis el cual ´corresponde a un modo de percepción’. La facultad de imaginación es el órgano humano que permite el acceso al mundo intermedio y desempeña un papel fundamental en la disolución de la categorías conceptuales de objeto y sujeto que sustentan una experiencia de separación. La percepción imaginal es la facultad mediante la cual se perciben los símbolos y, por lo tanto, una vez que nuestros límites conceptuales ordinarios se disuelven, se produce la comunión entre lo humano y lo divino. La percepción imaginal es una comprensión simbólica que trasciende la esquematización intelectual.

El método de Iamblichus para acceder al reino imaginal del alma y el símbolo es la teurgia. Además, él enfatiza que “el entendimiento intelectual no conecta a los teúrgicos con los seres divinos”, ya que argumenta que los “símbolos, por sí mismos, realizan su propio trabajo, cuando lo divino reconoce por sí mismo sus propias imágenes. Uno no puede despertar a esto por nuestro pensamiento.

*extracto de un ensayo escrito originalmente en inglés sobre la Teúrgia de Jámblico y la Adivinación para la University of Wales

Soledad Davies
Junio 2019

REFERENCIAS

– Addey, Crystal, Divination and Theurgy in Neoplatonism: Oracles of the Gods, (Ashgate Studies in Philosophy & Theology in Late Antiquity, 2014)
– Addey, Crystal, ´The Role Of Divine Providence, Will And Love In Iamblichus’ Theory Of Theurgic Prayer And Religious Invocation´, Iamblichus and the Foundations of Late Platonism, (Leiden, The Netherlands: Brill, 2012)
– Corbin, Henry, ´Mundus Imaginalis or the Imaginary and the Imaginal´,  appeared in the Cahiers internationaux de symbolisme 6, (Brussels, 1964)
– DiRuzza, Travis Michael, `Participation, Mystery, and Metaxy in the Texts of Plato and Derrida` (unpublished master thesis, California Institute of Integral Studies, 2015)
– Helleman, Wendy, `Plotinus-and-Magic`, The International Journal of the Platonic Tradition, Vol. 4 (2010)
– Iamblichus, On the Mysteries, trans. by Thomas Taylor (London: Bertram Dobell, 1821)
– Shaw, Gregory, ´Theurgy: Rituals of Unification in the Neoplatonism of Iamblichus´, Traditio, Vol. 41 (1985)
-Shaw, Gregory, Theurgy and the Soul: The Neoplatonism of Iamblichus, (Angelico Press/Sophia Perennis. Kindle Edition, 2014)
– Shaw, Gregory, ´Archetypal Psychology, Dreamwork, and Neoplatonism´ in Octagon: The Quest for Wholeness, Volume 2, edited by Hans Thomas Hakl (Gaggenau, Germany: H. Frietsch Verlag, 2016)
– Uždavinys, Algis, ´Metaphysical symbols and their function in theurgy´, Eye of the Heart: A Journal of Traditional Wisdom, Vol. 2 (2008)
– Voss,  Karen-Claire, `Imagination In Mysticism And Esotericism: Marsilio Ficino, Ignatius De Loyola, And Alchemy`, Studies in Spirituality, No. 6 (1996)

ACERCA DE LA AUTORA

 

Soledad Davies es astróloga profesional, docente e investigadora. Estudió Astrología en la Escuela Casa XI con Eugenio Carutti en Buenos Aires, Argentina, y con profesionales de manera privada para ampliar la visión y las técnicas. También estudió Cosmología Arquetipal con Richard Tarnas en San Francisco, USA con quien continúa aprendiendo. Realizó el Posgrado en Astrología y Astronomía Cultural por la Universidad de Gáles donde actualmente es estudiante de Máster y prepara su disertación investigando la relación de la Astrología y los Estados Ampliados de Conciencia (EAC). Trabaja en consultoría privada donde integra recursos terapéuticos somáticos y transpersonales. Además es docente de Astrología y temáticas afines a la percepción simbólica. A iniciado y coordina la Plataforma Educativa PsicoCymática.

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