El Ascendente como espacio liminal

CONFERENCIA DE GI JULIANO

En la primera cita del ciclo de conferencias sobre astrología, Gi Juliano invitó a ampliar la noción del ascendente abordándolo desde distintas miradas. Gi se dedica a la consultoría profesional, es divulgadora y creadora de contenidos, participa de PsicoCymática desde los inicios de la plataforma, ha dado varias charlas relacionando la astrología con aspectos económicos ya que es economista, además de astróloga, y también forma parte del equipo de docentes del primer nivel de la Carrera de Astrología, que comienza la cursada el mes que viene. 

En esta conferencia, enumeró las diferentes aristas desde las que se pueden abordar los ascendentes según distintas tradiciones a modo de anticipo de lo que se verá en profundidad en el módulo de Ascendentes de la carrera, donde estas perspectivas se pondrán en diálogo, síntesis y tensión. Y, para empezar, partió de la etimología de la palabra “ascendente”. Esta palabra está relacionada con la palabra “horóscopo”, del griego ὡροσκόπος, que significa ‘el que observa la hora’, para lo cual el horizonte es la referencia. 

De ahí que el ascendente, en tanto línea del horizonte, pueda concebirse como un espacio liminal, como un umbral que a la vez une y divide: arriba y abajo, cielo y tierra, lo diurno y lo nocturno. Esta cualidad, según Gi, implica que el ascendente “plantea dinámicas, es dialéctico, no estático ni petrificado”, es decir que “trae despliegues, no resoluciones definitivas”. Quizás su cualidad ariana sea la más difundida, y Gi cuenta en esta conferencia que el astrólogo Oskar Adler plantea el ascendente como “bajar el grado cero de Aries a la tierra”. 

Pero Juliano agrega también la cualidad saturnina que implica esto de ser un límite, un borde, en tanto horizonte, y además porque según dice, “a diferencia de la identidad solar, con el ascendente opera un reconocimiento que tarda más en llegar”. Luego desarrolla la idea del cuerpo como metáfora del ascendente, que viene de la astrología tradicional, y donde también se ve la arista saturnina combinada con la ariana: el cuerpo del que nos adueñamos a partir del corte de un cordón, “el cuerpo como destino, como herencia genética, y también como vehículo consciente, para actuar y operar en el mundo”.

Por último está la arista mercurial del ascendente. “Para la astrología helenística la casa de goce de Mercurio es la primera”, dice, y cuenta que esto la llevó a pensar e investigar. “Los antiguos pensaban a Mercurio como psicopompo, una figura capaz de operar entre mundos, del mismo modo que el ascendente conecta el arriba con el abajo”. Además, tiene la característica doble de ser a la vez signo y casa, ámbito de experiencia y cualidad zodiacal. “En definitiva es un sistema en el que intervienen planetas, casas y signos, y poner estos componentes en vínculo, en interrelación y en conflicto remite a esta cualidad mercurial”, concluye.

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