Hacia un paradigma participativo de la Astrología

SOLEDAD DAVIES

Cada vez que hay un cambio en el ciclo de la luna, una alineación planetaria, etc., me llama mucho la atención cuánto las redes sociales se llenan de publicaciones al respecto. Cientos de astrologxs.

Y este hecho me hace reflexionar acerca de la astrología hoy, sobretodo el abordaje que se le está dando y la función simbólica en nuestra sociedad.

La astrología pareciera que se ha vuelto meramente descriptiva, sin lugar para la metáfora y la inspiración en su sentido sagrado. Aquella que deviene de la conexión con aquello más grande y misterioso que nos contiene, el diálogo divino a través de las estrellas, como lo concebían en la antigüedad.

Este aspecto metafórico es una forma de conocimiento que contrasta el conocimiento descriptivo y, por lo tanto, otra manera de dar significado.

Una de las premisas básicas en cuales la astrología se apoya es la de un universo interconectado, el universo como un organismo vivo en donde nada está separado y todo está conectado con todo.

Cuando hablamos de un universo conectado, no solo son piezas-objetos asociados (planetas, personas, signos), sino más bien un tejido sutil energético en el cual el observador no está separado de aquello que observa. La observación (cómo el observador observa) es parte esencial de la experiencia.

Cuando el/la astrólogx dice, por ejemplo “luna nueva en tauro, es tiempo para….” “tal planeta, tal tránsito es tal o cual cosa” y se dan recetas, se dice lo que el otro puede o debería hacer o sentir con “esta energía”, es la manera en que la mente reduccionista, que se encuentra en la base del patriarcado, mata y encoge el potencialidad del símbolo limitando la capacidad que reside en cada uno de nosotros de CREAR SIGNIFICADO.

Cuando hablamos de porque “el sol entró en tauro, entonces es momento para esto y lo otro.”, lo que es decir “si (causa) entonces (efecto)” presupone que la causa de los eventos externos y los procesos internos se encuentra afuera, en las influencias planetarias, y, además opera en una sola dirección. Esta dinámica es acorde a la mente reduccionista y mecanicista propia de la modernidad, el capitalismo y el patriarcado. Un tipo de percepción que saca de contexto y fragmenta las partes de la totalidad, reduciendo la enorme complejidad del entramado energético al cual la astrología refiere y más aún, a la complejidad de la vida y del ser humano.

Entonces, la mente mecánica-materialista-reduccionista percibe en causas y efecto lineales en una sola dirección.

Según Nicholas Campion el concepto de la astrología como una cuestión de influencias o efectos en donde el objeto “a” afecta el objeto “b” como agentes independientes es una emergencia del siglo 20th, lo cual tiene sentido si pensamos que la percepción mecanicista, lineal y mecánica es dominante. Este paradigma científico clásico newtoniano es suficiente sólo para comprender fenómenos aislados, donde las relaciones de causa y efecto unidireccionales ocurren entre pares que interactúan. Así es la información astrológica que mayormente circula por las redes cada luna nueva, cada luna llena, cada cambio de signo, cada alineación.

La Astrología más difundida en la actualidad es aquella que circula cada luna nueva, luna llena cambios de signos, etc etc, la astrología orientada al pronóstico, pareciera hablar de esta manera lineral, en donde el objeto A (planetas) influye al objeto B (seres humanos, eventos, etc).  Sin embargo. este tratamiento y manera de percibir la dinámica ser humano-cosmos no tiene en cuenta la participación recíproca entre éstos, por un lado, y entre los demás planetas como una totalidad vinculada, por otro. Esto no desacredita la profundidad de muchas de las reflexiones que se comparten, y la utilidad de la mente reduccionista.

El nuevo paradigma intenta ir más allá del reduccionismo propio de la mente mecánica y lineal moderna. El nuevo paradigma tiene en cuenta la percepción propia del sujeto como parte del hecho,  no enfatiza los contenidos o la anécdota en el sentido del QUÉ, sino que enfatiza el CÓMO. Por lo tanto, el significado no deviene de darle un sentido al tránsito como objeto, ni de leer al astrólogx de cabecera que nos da el significado o la orientación sin que tengamos que hacer el trabajo de escuchar nuestra interioridad profunda y desarrollar nuestra autoridad interna, sino que el significado deviene de darnos cuenta de la relación entre aquello que percibo y CÓMO lo percibo. Cuando escuchamos a los astrólogos diciéndonos lo que significa nuestro momento, les estamos otorgando la autoridad y nos estamos quitando la oportunidad de descubrirnos siendo, de descubrir cómo cada uno de nosotros percibe desde su singularidad las fuerzas universales que nos animan momento a momento teniendo en cuenta todo el sistema planetaria, las múltiples causas incluida nuestra percepción, de una manera más compleja e integral de la relación del ser humano y el cosmos.  Al hacer esto uno se vuelve participante consiente de la relación entre el observador y aquello que observa. Ir más allá de esta dicotomía objeto-sujeto es la que se describe en muchas enseñanzas místicas, gnósticas y en la psicología transpersonal como la dimensión espiritual.

Y aún más, la percepción del ser humano y el cosmos como una trama interconectada y participativa incluye, al momento en que se realiza la interpretación, el momento en el que el astrologo o la astróloga se dispone a escribir en su blog el pronóstico de las lunas o determinada alineación, la energía del momento en que el astrólogo hace la interpretación afecta la interpretación. Sin embargo, esto no se incluye en los pronósticos de los blogs, y lo cual representaría el fruto profundo de una percepción inter vinculada y compleja de la vida.

Un sistema más complejo e intrincadamente refinado posee mayor flexibilidad y capacidad para procesar información y adaptarse. Mientras que un concepto lineal de causalidad no puede abordar adecuadamente las interacciones de un sistema complejo y, al enfocarse en elementos aislados (la luna nueva, llena, tal o cual planeta) eclipsa los atributos característicos del sistema percibido como totalidad.

“Todo lo que se requiere es que nos preguntemos no sobre las características de las cadenas lineales de causa-efecto, sino sobre las características de los sistemas en los cuales las cadenas de causa-efecto son circulares o más complejas que circulares. Si, por ejemplo, consideramos un sistema circular que contiene los elementos A, B, C y D, relacionado de modo que una actividad de A afecta a una actividad de B, B afecta a C, C afecta a D, y D tiene un efecto sobre A —Veremos que tal sistema tiene propiedades totalmente diferentes de cualquier cosa que pueda ocurrir en cadenas lineales.” – Gregory Bateson, “The Logical Categories of Learning and Communication”, 1964

Entonces,
¿cómo tu percepción afecta la luna, el sol y los demás planetas?

Soledad Davies
Mayo 2019

ACERCA DE LA AUTORA

 

Soledad Davies es astróloga profesional, docente e investigadora. Estudió Astrología en la Escuela Casa XI con Eugenio Carutti en Buenos Aires, Argentina, y con profesionales de manera privada para ampliar la visión y las técnicas. También estudió Cosmología Arquetipal con Richard Tarnas en San Francisco, USA con quien continúa aprendiendo. Realizó el Posgrado en Astrología y Astronomía Cultural por la Universidad de Gáles donde actualmente es estudiante de Máster y prepara su disertación investigando la relación de la Astrología y los Estados Ampliados de Conciencia (EAC). Trabaja en consultoría privada donde integra recursos terapéuticos somáticos y transpersonales. Además es docente de Astrología y temáticas afines a la percepción simbólica. A iniciado y coordina la Plataforma Educativa PsicoCymática.

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